Ningún diseñador consigue cuadrar mejor el círculo de la moda de lujo que Michael Kors. Su último desfile en Nueva York fue un recordatorio de que sus prendas evocan una vida fantástica de cenas de etiqueta y fiestas en yates, pero también son fáciles de llevar y de corte sencillo, en tejidos que se sienten tan fabulosos como se ven.
La despreocupación por la clase alta es la norma de Kors, como lo demuestra para la próxima temporada una prenda de punto de cachemira con cuello en V en color turquesa, combinada con una falda de lentejuelas cortada hasta el muslo, o un traje pantalón sin mangas en color crema, que se lleva sobre un cuello de polo que deja al descubierto la cintura.
La marca también desprende una suave americanidad, con reminiscencias del Upper East Side y los Hamptons. Por suerte para Kors, el sueño americano sigue siendo codiciable en todo el mundo.
Sus prendas pueden ser materia de fantasía para la mayoría de nosotros, pero funcionan bien en el reino que habita el 0,1%. La comodidad, que antes era una palabra sucia en el mundo del lujo, es el rey hoy en día, sea cual sea tu presupuesto. Los ricos también quieren ropa fácil de llevar, aunque la revelación de la barriga -algo que se repite en toda la colección- podría significar que tengan que dejar de comer tostadas.
La usabilidad en un formato que se ve y se siente especial es el genio del diseñador. Puede que estas prendas no entusiasmen a los vanguardistas de la moda. No hay nada difícil ni vanguardista aquí. Sin embargo, Kors hace que la «atemporalidad» de la que habló en una conferencia de prensa antes del desfile se sienta actual.
Parte de esto se debe a su ojo para el color, que abarca el rojo hidrante y el verde ácido. Otra parte se debe a su capacidad para recalibrar la forma en que los chicos guays se visten en la calle para la mujer que reside en otro reino.
Puede que Kors se refiriera a las hebillas gigantes del cinturón como «joyas esculturales», pero en mi opinión evocaban los clips que adornan las mochilas en los ambientes hipster de Londres y Nueva York. En cuanto a un conjunto gris sigilosamente chic, los amplios pantalones eran de proporciones skater, y el body canalizaba la tendencia «pelvis peekaboo» vista en celebridades como Gigi Hadid o Dua Lipa.